El pasado fin de semana Ciudad Rodrigo era testigo de la visita del grupo hedonista más importante del planeta, o sea, nosotros. Con la venerable escusa de participar en un encuentro juvenil, la casi totalidad de los miembros del grupo se desplazaba a tierras charras para gozar de sus encantos, su buena comida, su patrimonio cultural y humano, sus bares, su alegría y el resto de sus cosas buenas. A cambio les dejamos nuestra poesía, nuestra alegría, y un montón de dinero en las numerosas copas que nos tomamos. Y para que quede constancia de nuestro paso y aportación por esta bella ciudad salmantina, ahí quedan unas fotos que demuestran lo aquí mencionado y evidencian a todas luces el firme propósito de llevar hasta las últimas consecuencias nuestra labor de difusión del hedonismo como única verdad verdadera.
Lo que Palencia necesita es una puta revolución
Hace 16 años