Bien podría ser este el título de una comedia romántica o algo peor, pero no, no es más que la constatación de que allí estuve, disfrutando de los placeres que da la tierra y de otros menos frugales. Y para que quede constancia, aquí pongo una fotografía de mi propia persona humana tomándose una cervecita en una terraza del barrio de Le Marais, sin ningún tipo de remordimiento ni nada que se le parezca.
Y qué os voy a decir de París... pues que vayáis y lo disfrutéis vosotros mismos, la grandiosidad de la ciudad, los floridos parques, la excelente gastronomía...